Con cercas interminables, drones y unos 25.000 agentes de seguridad, la capital de Estados Unidos se prepara para la investidura de Donald Trump.
Washington está acostumbrado a actos de alto riesgo, pero rara vez tantos en tan poco tiempo. La investidura del próximo lunes será el tercer “acto nacional de seguridad especial” de alto nivel en sólo dos semanas, después de la certificación de las elecciones el 6 de enero y el funeral del expresidente Jimmy Carter.
La ciudad espera recibir menos visitantes el 20 de enero que en la primera toma de posesión de Trump hace ocho años, cuando las autoridades anticiparon hasta un millón de personas. Aún así se han previsto 48 kilómetros de cercas antiescalada alrededor del perímetro de seguridad. Todo un récord.
La Casa Blanca, el Capitolio y partes de la ruta del desfile por la Avenida Pensilvania ya están rodeadas por barreras metálicas de 2,4 metros de alto.
Alrededor de 25.000 agentes de las fuerzas de seguridad y militares se están concentrando en Washington, según Matt McCool, agente especial del Servicio Secreto de Estados Unidos, la agencia que se encarga de proteger a las personalidades. “Tenemos un plan de seguridad ligeramente más férreo” que en años anteriores, dijo en rueda de prensa el lunes.
Habrá controles de seguridad, francotiradores apostados en los tejados, equipos tácticos en el suelo y drones patrullando los cielos.“Lo diferente es que estamos en un entorno de mayor amenaza”, explicó.
La violencia empañó la carrera presidencial del año pasado, con un intento de asesinato contra Trump en julio durante una acto en el estado de Pensilvania, en el que falleció una persona. Dos meses después, las fuerzas de seguridad localizaron un rifle apuntando al campo de golf en el que se encontraba el magnate republicano. Ambos incidentes se consideran fallas operativas del Servicio Secreto.
El 1 de enero la embestida de un camión en Nueva Orleans y la explosión de una camioneta en Las Vegas pusieron en vilo a los estadounidenses.
Un conjunto de medidas de seguridad “visibles e invisibles” cubren Washington para el gran día de Trump, precisó McCool. Según el jefe de la policía del Capitolio, J. Thomas Manger, unos 250.000 invitados con entrada se reunirán para la toma de posesión.
Las autoridades no tienen constancia de amenazas para la ceremonia. “La mayor amenaza creo que para todos nosotros sigue siendo el actor solitario”, dijo Manger.
Trump ha tenido una relación conflictiva con la alcaldesa demócrata de Washington Muriel Bowser, pero esta semana ella prometió que no se escatimarán esfuerzos. “Cada cuatro años nuestra ciudad apoya la transición pacífica del poder.
Estamos orgullosos de esa responsabilidad”, declaró un periodista.
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